Boulevard Saenz
Peña en Tigre
El Distrito de
Arte se luce en verano
La localidad turística de Tigre posee un nuevo paseo cultural donde nuclea
a fotógrafos, artistas, anticuarios, músicos y la infaltable gastronomía que
acompaña la lista.
* Por Leonardo Celano
A pocos metros de la entrada al Puerto de Frutos, y en la zona de
referencia del centro recreativo y artístico de Tigre. Cercado por el Parque de
la Costa, el Teatro Nini Marshall y el Casino Trillenium. El Boulevard Saenz
Peña despliega toda la oferta cultural y artística de la zona. Un nuevo paseo
renovado por artistas, fotógrafos, ferias de antigüedades, músicos y puestos de
coleccionistas itinerantes que traen sus tesoros para compartir con vecinos y
turistas.
Seguramente la idea de una noche veraniega está ligada a una caminata por
la playa. Pero en tanto, Buenos Aires tiene sus opciones. El calor nos saca de
casa en momentos en que no queremos estar debajo del aire acondicionado. Un
aviso sobre el Mercado de Productores responsables, Sabe la Tierra, nos
moviliza a Tigre. Una vez al mes se presentan en su versión de noche en el
Boulevard (www.sabelatierra.com ).
Los puestos armados en la plazoleta central recorren nuestros sentidos. El
calor se disipa de nuestra mente que ocupa su atención en la fiesta de colores
y aromas. Los artistas locales se suman y sacan sus propuestas a la calle.
La Usina Cultural Saenz Peña presenta dos muestras de pintores itinerantes.
De puertas abiertas a lo nuevo nos sumergimos en la dinámica de los artistas. Un patio
gastronómico al fondo de la galería y un show musical para el cierre. No
obstante eso, los sonidos de la música tocada en vivo nos sacan nuevamente a la
calle.
Entre artesanías nos abrimos paso al despliegue gastronómico. Una variación
de alimentación saludable y bebidas naturales. Los productos orgánicos suman
protagonismo. Las combinaciones abarcan todos los gustos. Mesas comunitarias,
la voz de la cantante y la brisa del Delta armonizan el momento de la comida.
La concurrencia de público supera la capacidad de sillas. Una propuesta
ligada al recuerdo de la adolescencia nos trae risas mezcladas con recuerdos. ¨Armá
tu picnic, te prestamos las lonas¨, reza la leyenda que invita al juego. El
color de las telas en su cuadriculado mantel sale del corazón de la casa de
nuestros abuelos. Sentados en grupos los visitantes forman tertulias. La
camaradería de los organizadores y el Boulevard con su impronta de Arte
conjugan en este objetivo: el encuentro.
Otro juego, otro recuerdo. El cordón de la vereda. Cuantas veces de niños lo usamos para esperar a nuestros amigos. Una buena oportunidad con vaso en mano para sentarnos y escuchar buena música y charlar con amigos. Varios nos sumamos a la propuesta. El Arte nos lleva directo al corazón de ese niño dormido.
Fotos: Archivo de Opciones Turísticas.
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