martes, 29 de mayo de 2012

La Cuna del Cine sonoro.

Tu lugar con ojos de turista.Los barrios, pueblos y ciudades son nuestros lugares habituales, y sus características pasan a ser parte de nuestra rutina. Generalmente no nos detenemos a observar, a percibir,a descubrir. Hasta me animo a suponer que el no conocer la historia de esos pequeños rincones, nos hace faltarles el respeto en cierto modo. En esta sección quiero compartir con Uds. información sobre esos lugares a descubrir, que me parecen pequeñas joyitas. ( Leonardo Celano)

Museo del cine Lumiton, Vicente Lopez.
LA CUNA DEL CINE SONORO.
" El Museo ocupa la casona de 1919 adquirida por los Estudios Lumiton en 1931. Esta ubicado en la calle Cabral 2354, Munro. Esta empresa estaba constituida por Enrique T. Susini, César José Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica. Los integrantes de este nuevo emprendimiento eran todos médicos y dedicados a la electrónica, con grandes conocimientos en sonido. Los Estudios Lumiton de Munro, lanzaron producciones de alta calidad cuya factura, tanto técnica como artística, nada tenían que envidiar a las mejores películas de Hollywood o de los estudios de cine europeos. La misión del museo es promover, difundir, conservar y exhibir todos aquellos elementos relacionados con el cine argentino. ”.

En el año 1919, el señor Alberto Zeller llegó de Baviera y compró una fracción de 6,7 has. sobre avenida del Tejar. Allí instaló una quinta que designó con el nombre de “La Algovia”, en recuerdo de su pueblo natal Algoi. El edificio principal fue un chalet de dos plantas, propio del estilo colonial, proyectado y construido por el Arq. Kronfus. La construcción fue rodeada por un parque de selectas especies, diseñado por su amigo y compañero de colegio, el floricultor y paisajista Federico Hintermeyer.


 
Allá por 1922, la quinta se amplió con la compra de la fracción lindera al predio, alcanzando así 9,5 has., siendo ya muy conocida en la zona por dedicarse a buenos cultivos de hortalizas.
El capataz de la quinta, de apellido Repetto, pertenecía a una de las familias de antigua radicación en la zona en el trabajo de la tierra. El señor Repetto, posteriormente se destacó en el campo de las artes, haciendo también florecer en su familia a su bisnieto, el conocido el bailarín Julio Bocca.
 
Al fallecer el señor Zeller, la quinta pasa a manos de su única hija Isabel Zeller y García, casada con Alberto Lehman. En 1931 es adquirida por una nueva empresa: Lumiton, que inicia su actividad el 31 de octubre en la manzana limitada por la avenida Mitre y las calles Marconi, Ugarte y Sargento Cabral (un monolito sito en Av. Mitre 2351 lo recuerda).

Esta empresa estaba constituida por Enrique T. Susini, César José Guerrico, Luis Romero Carranza y Miguel Mujica. Los integrantes de este nuevo emprendimiento eran todos médicos y dedicados a la electrónica, con grandes conocimientos en sonido y fueron los que realizaron la primera transmisión radial del mundo en agosto de 1920.

El sábado 17 de diciembre de 1932 se inauguró el estudio con una presentación para la prensa y personajes del ambiente cinematográfico, ocasión en la que se exhibieron algunos cortos de prueba. Para entonces, ya se había asociado el Ing. Raúl Orzabal Quintana, que construyó el primer equipo de sonido de Lumiton, sirviendo para que sus películas presentaran un nivel técnico inusual.

Esta característica, invalorable en esos primeros tiempos del cine sonoro, más la calidad artística que exhibían sus productos, posibilitó conquistar mercados de habla hispana para el cine argentino. Los Estudios Lumiton de Munro, lanzaron producciones de alta calidad cuya factura, tanto técnica como artística, nada tenían que envidiar a las mejores películas de Hollywood o de los estudios de cine europeos.
Su primera producción, “Los Tres Berretines”, de 1933, era una versión del gran éxito teatral, y fue codirigida por todo el equipo de trabajo, aunque figuró sólo Susini como director. El film llamó la atención por la bondad técnica, la definición de sus caracteres y la utilización rudimentaria del sonido con efecto dramático. Este film también impulsó como estrella a Luis Sandrini. El costo de ésta película fue de 18.000 pesos y recaudó más de un millón: la empresa comenzaba bien.
Pero poco duró la satisfacción, pues el segundo producto, “Ayer y Hoy” resultó un fracaso artístico y comercial.
Mientras continuaban alquilando sus galerías a productoras independientes, un conocido de la Estudios Lumiton, Francisco Oyarzabal, les acercó la solución en la persona del conocido autor y productor teatral Manuel Romero.
Desde su primera película para la productora, “Noches de Buenos Aires” (1935), Romero tuvo en cuenta dos cosas: personajes y ambientes reconociblemente porteños, unidos a ritmo y acción trepidante, de reconocible cuño (cinematográfico) norteamericano. Fue así que se consiguió una formula explicable teóricamente, pero muy difícil de llevar a la práctica, como descubrieron todos aquellos que intentaron segundas obras de sus obras.
Todas sus producciones fueron de corte popular y grandes éxitos dentro del mercado cinematográfico, lo que convirtió a Lumiton en la productora más importante. A diferencia de las largas filmaciones en otras producciones, Lumiton se distinguió desde un comienzo -y con la colaboración de Manuel Romero-, por los rodajes de 4 semanas como promedio para la concreción de cada proyecto.
Naturalmente los empleados vivían en los estudios, sólo podían salir al anochecer quienes integraban la compañía teatral.
El encargado de lanzar a gente no conocida en el ámbito cinematográfico fue Manuel Romero. Tales fueron los casos de Mecha Ortíz, Niní Marshall, Hugo Del Carril, entre otros que debutaron en cine y en los Estudios Lumiton.
El cuerpo principal de su filmografía incluyó -en los primeros años de creatividad- desde “La muchachada de a bordo”, “Los muchachos de ante no usaban gomina”, “Fuera de la ley”, “Tres anclados en París”, “La rubia del camino”, “Mujeres que trabajan”, “La vida es un tango”, “Divorcio en matrimonio”, “Isabelita” y “Yo quiero ser Bataclana”.

El segundo director que dejó su huella fue Francisco Mujica, quien estuvo en los estudios desde un comienzo por su amistad con los fundadores.
Dirigió, entre otras producciones, "Los Martes Orquídeas"," Así es la vida”, “Adolescencia", "El mejor papá del mundo", "El espejo" y "El viaje”.

A mediados de 1949, el directorio que a comienzos de la década había sido presidido por el poderoso empresario de la exhibición Joaquin Lautaret, vendió sus acciones a Néstor Maciel Crespo, alejándose así de la producción, y sin entender del todo la realidad socio-económica– gremial del peronismo en el poder.
Maciel Crespo, luego de enfrentar duras oposiciones de las altas esferas, negativas de créditos y huelgas “espontáneas” del personal del estudio, cerró las puertas del mismo a mediados de 1952, sin lograr sacar a Lumiton del quebranto comercial y artístico.
Fuente: Museo del Cine Lumiton, Cabral 2354, Munro. Miércoles, jueves, viernes y sábados de 10 a 18hs. Tel: 4721-9255
Fotos: Archivo de Opciones Turísticas.

 

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